Artesanos de Durangaldea

La Euskal denda tiene sabor local. De hecho, tres de los artesanos presentes son de la comarca. Todos ellos clásicos de esta cita que, cada año arriesgan y apuestan por colecciones novedosas.

Entre los artesanos que dan vida a la Euskal denda nos encontraremos a Félix Larrañaga, el de Elgeta, afincado en Berriz y con taller en Zaldibar no para de trabajar. El suyo es uno de los expositores más grandes. Necesita sitio para seguir dándole a la maza y a la gubia. Sus kutxas, sus eguzkilores o sus piezas escultóricas tienen ordas de defensores. Entre martillazo y martillazo “si se vende algo mejor que mejor”. Este tallista mira ya a la jubilación, para disgusto de sus seguidores, que ven como otro de los “grandes” piensa ya en colgar los bártulos.

Eneko Unzalu es otro de los clásicos en esta cita duranguesa, que no se ha perdido nunca este encuentro. Este joyero se inspira en la naturaleza para lograr su finísima joyería tan elegante como bella. Sus materiales nobles, en plata y oro y sus piedras preciosas logran el equilibrio perfecto, para dotar de armonía a cualquiera de sus piezas.

La más joven de todos es Gorane Guillén, el alma de Gorakat. Lleva cinco años ininterrumpidos acudiendo a la Euskal denda. Donde plantea su trabajo artesano en forma de bolso o mochila, donde ninguno es igual y la imaginación es su mejor aliado, para hacer objetos únicos y originales.